Desarrollo Organizacional 1.1
Personalidad y Autoestima
Introducción: Temperamento, carácter y personalidad Con frecuencia, el término personalidad se confunde con otros términos: el temperamento y el carácter.
· El temperamento consiste en nuestra herencia biológica a partir de la cual empezará a formarse nuestra personalidad, es por tanto, difícil de cambiar, todos tenemos un temperamento diferentes, entre ellos podemos distinguir el sanguineo, melancólico, colérico y flemático.
· El carácter es el conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido durante la vida. El carácter se forma desde la infancia en interacción con nuestro entorno.
· La personalidad es la conjunción del temperamento y el carácter; consiste en un conjunto de rasgos cognitivos (cómo pensamos), afectivos (cómo sentimos) y conductuales (cómo nos comportamos); esos rasgos son estables, persisten durante largos periodos de tiempo y son resistentes a la extinción.
· Características de la personalidad:
o La personalidad no es una entidad física, como si fuera una parte anatómica del organismo. Es un concepto psicológico necesario para comprender las conductas humanas.
o Es la forma habitual de comportamiento de una persona y define su estilo personal de interactuar con el ambiente físico y social; comprende la conducta, los pensamientos y los sentimientos.
o Se forma por la interacción de la herencia genética y del ambiente del individuo, por el aprendizaje social y las experiencias personales.
o La personalidad se desarrolla y cambia a lo largo de toda la vida. Algunos periodos de la vida, como la pubertad y la menopausia, son más sensibles a los cambios porque en ellos se producen grandes transformaciones fisiológicas y psicológicas.
o Es individual, social y cultural. Somos distintos, cada persona es única e irrepetible, pero, como miembros de una misma sociedad y una misma cultura, nos parecemos en muchos aspectos.
AUTOESTIMA
El significado primordial de la autoestima es la confianza en la eficacia de la propia mente, en la capacidad de pensar, de tomar decisiones de vida y de búsqueda de la felicidad. Nathaniel Branden, psicoterapeuta canadiense, da la siguiente definición de autoestima: “La autoestima, plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias. Más concretamente, podemos decir que la autoestima es lo siguiente:
· La confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida.
· La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos.”
LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA: El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta virtualmente en dorma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, la familia y el amor, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestra respuesta antes los acontecimientos dependen de quien y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de la visión íntima que poseemos de nosotros mismos. Entonces, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso.
También es la clave para comprendernos y comprender a los demás.
Veamos que es la autoestima. Tiene dos componentes: un sentimiento de capacidad personal y un sentimiento de valía personal. En otras palabra, la autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo. Refleja el juicio implícito que cada uno hace de su habilidad para enfrentar los desafíos de la vida para poder comprender y superar los problemas y de su derecho a ser feliz para respetar y defender sus intereses y necesidades.
Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto para la vida, es decir, capaz y valioso. Tener una autoestima baja es sentirse inútil para la vida; errado, no con respecto a un asunto, sino equivocado como persona.
Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción de que uno es competente para vivir y merce la felicidad, y por lo tanto enfrentar a la vida con mayor confianza, venevolencia y optimismo, lo cual ayudará a cumplir con nuestras metas. Desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.
Si comprendemos esto, podemos apreciar que el hecho de cultivar la autoestima nos interesa a todos. No es necesario llegar a, odiarnos para poder aprender a querernos más; no tenemos que sentirnos inferiores para desear tenermos más confianza. No hemos de sentirnos infelices para desear ampliar nuestra capacidad de alegría.
VIVIR CONSCIENTEMENTE: Hay dos palabras que nos permite aumentar nuestra autoestima, estas son vivir conscientemente, para generar más confiana en nosotros mismos y respetarnos más. Si deseamos crecer necesitamos aprender nuevas conductas, por ello si queremos vivir más conscientemente nos preguntamos ¿Cómo y en que aspectos actuaríamos de manera diferente?.
El vivir conscientemente es la base de la autoconfianza y el autorespeto. La mente es nuestro medio de superviviencia fundamental, todos nuestros logros son el reflejo de nuestra capacidad de pensar, un adecuado uso de la inteligencia te lleva a una vida llena de éxitos. Pero el uso adecuado de nuestra conciencia no es automático, mas bien , es una elección. Tenemos la completa libertas de nuestra conciencia, ver más o menos, desear saber o no saber, luchar para obtener claridad o confusión, podemos vivir ocnscientement, o semiconscientemente o inconscientenemente, siendo así el libre albedrío.
Si nuestra vida y nuestro bienestar depende del uso adecuado de la conciencia, la importancia que le otorguemos a la visión, prefiriéndola a la ceguera, es lo más importante de la autocinfianza y el autorrespeto. En cualquier situación, vivir conscientemente significa generar un estado mental adecuado a la tarea que se realiza, significa hacerce responsable del cnocimiento adecuado a la accion que estamos efectuando.
La autoestima depende del modo en que usemos nuestra conciencia, la honestidad de nuestra realciòn con la realidad y el nivel de nuestra integridad. Vivir conscientemente es vivir responsablemente para con la realidad. Lo cual no significa que tenga que gustarnos lo que vemos, sino que debemos reconocer lo que es y lo que no es, y que los deseos o los miedos o los rechazos no alteran los hechos.
Ejemplos:
· Cuando Nicanor empezó a trabajar en un nuevo empleo, hizo todo lo posible para cumplir a la perfección con lo que se le pedía y no cesaba de buscar medios que le permitieran realizar su tarea con mayor eficiencia. Además, procuró comprender el contexto más amplio dentro del cual se desarrollaba su trabajo, a fin de poder ascender y no quedarse estancado para siempre en el nivel en el cual había empezado. Su deseo básico era aprender, y así seguir creciendo en confianza, productividad e idoneidad.
· Cuando Rodolfo empezó a trabajar en la misma empresa, pensó que si memorizaba la rutina de las tareas que le habían asignado y no atraía sobre si una atención negativa, conservaría el empleo. Los desafíos no le atraían, pues implicaban riesgo y requerían pensar. Se condujo dentro del nivel mínimo de conocimiento necesario para repetir los movimientos que le habían enseñado, sin aportar nada por su parte. Rara vez desviaba la vista de su puesto de trabajo, salvo para conversar con sus compañeros o soñar despiero. No sentía curiosidad alguna por su actividad, más allá de lo más inmediato. ¿Qué necesidad tenía? Total, el empleo ya era suyo. Frente a él puso un reloj, para saber excatamente cuándo eran las cinco, hora de irse a casa. Cuando se vio frente a su supervisor y éste le reprochó errores que había cometido, su comportamiento típico fue buscar excusas y hervir por dentro. Pero cuando ascendieron a Nicanor y a él no, Rodolfo se sintió perplejo y resentido.
APRENDER A ACEPTARSE: Si la esencia de vivir conscientemente es el respeto por los hechos y la realidad, la autoaceptación es la prueba. Cuando los hechos que debemos afrontar tienen que ver con nosotros mismos, vivir conscientemente puede resultar muy difícil. Aquí es donde entra en juego el desafío de la autoaceptación. La autoaceptación pide que enfoquemos nuestra experiencia con una actitutd que haga irrelevantes los conceptos de aprobación o desaprobación: el deseo de ver, de saber, de conocer.
Ahora bien, aceptamos a nosotros mismos no significa carecer del afán de cambiar, mejorar o evolucionar. Si aceptamos lo que snetimos y lo que somos en cualquier momento de nuestra existencia, podemos permitirnos ser conscientes de la naturaleza de nuestras elecciones y acciones, y nuesto desarrollo no se bloquea.
Nuestra autoestima no depende de nuestro atractivo físico, como imaginan algnos con ingenuidad. Pero nuestra voluntad o falta de voluntad para vernos y aceptarnos sí tiene consecuencias en nuestra autoestima.
Siempre somos más fuertes cuando no tratamos de combatir la realidad. No podemos hacer desaparecer nuestro miedo gritándoles o gritándonos a nosotros mismos, o haciéndonos objeto de reproches. Sí en cambio podemos abrirnos a lo que experimentamos, permanece conscientes y recordar sentimiento indeseables, y a menudo podremos eliminarlos, puesto que la aceptación plena y sincera tiende, con el timepo, a hacer desaparecer los sentimientos negaticos o indeseables como el dolor, la ira, la envidia o el miedo.
VIVIR DE UN MODO RESPONSABLE: Las personas que gozan de una alta autoestima tienen una orientación hacia la vida activa, y no pasiva. Asumen plena responsabilidad en cuento a la realicación de sus deseos. No esperan que otros hagan realidad sus sueños. La gente que asume la responsabilidad de su propia existencia tiende, por lo tanto, a generar una saludable autoestima, hasta el punto de pasar de una orientación pasiva a una orientación activa, de tener confianza en sí misma, y de sentirse más apta para la vida y más merecedora de felidad.
Si tuviera que dejar de culpar a mi mujer por mi desdicha, se enfrentaría a mi propia pasividad; tendría que reconocer que eligio permanecer con ella sin que nadie me obligara; tendría que admitir que necesita a alguien a quie hechar la culpa de lo que le sucede.
Si asumiera la responsabilidad de obtener lo que deseo, tendría que reconocer que el tiempo pase, y que no me vuelvo más joven, sino más viejo; no soñaría despierto ni fantasearía tanto; tendría que admitir que no hizo otra cosa que perder el tiempo; tendría que admitir cuánto me asusta comprometerme de verdad con cualquier cosa; no envidiaría tanti el éxito de otras personas.
VIVIR DE UN MODO AUTÉNTICO: Las mentiras más devastadores para nuestra autoestima no son tanto las que decimos como las que vivimos. Vivimos en una mentira cuando desfiguramos la realidad de nuestra experiencia o la verdad de nuestro ser. Vivo una mentira cuando finjo un amor que no siento; cuando simulo una indiferencia que no siento; cuando me presento como más de lo que soy, o como menos de lo que soy; cuando digo que estoy irritado y lo cierto es que tengo miedo; cuando pretengo poseer una información que no tengo, cuando me río y enrealidad necesito llorar.
La buena autoestima exige coherencia, lo caul significa que el sí-mismo interior y el sí-mismo que se ofrece al mundo deben concordar. Si elijo falsear la realidad de mi persona, lo hago para engañar la conciencia de los otros y también a la mis propia, es lo que sucede al utilizar una máscara. Lo hace porque se considera inaceptable su manera de ser, valora cualquier idea ajena por encima de su propio conocimiento de la verdad. Esto significa, entre otras cosas, que me condeno a la angustia de preguntarme eternamente cuando me descubrirán.
Primero, me rechazo a mí mismo; esto está implícito en el hecho de vivir mentiras, en el de falsear la verdad de mi persona. Después, me siento rechazado por los demás, o busco posible signos de rechazo, para lo cual soy generalmente rápido. Imagino que el problema se plantea entre los demás y yo. No se me ocurre que lo que más temo de los otros ya me lo he hecho a mi mismo.
La honestidad consiste en respetar la diferencia entre lo real y lo irreal, y no en buscar la adquisición de valores mediantes el falseamiento de la realidad, ni la consecución de objetivos pretendiendo que la verdad es distinta de lo que es.
Cuando intentamos vivir de una manera poco auténtica, siempre somos nuestra primera víctima, ya que, en definitiva, el fraude va dirigido contra nosotros mismo.
Comentarios
Publicar un comentario