Desarrollo Organizacional 2.3
Persona y el acto
moral
El acto humano como acto
libre y su calificación moral
La moralidad es propia y
exclusiva de lo que hace el humano: es el único ser que puede llegar a cumplir
libremente con sus actos, con el fin moral que desee.
El acto se caracteriza por
que este es libre, y la libertad es entendida como la capacidad de la voluntad
de moverse por sí misma al bien que la razón le presenta o la indeterminación
intrínseca de la voluntad para querer o no querer algo. Esto nos lleva a que el
hombre puede cumplir o no con su fin porque es dueño de sus actos, muy
diferente a los animales que son impulsados o movidos por el instinto.
El acto humano viene de la
inteligencia y de la voluntad, quien inicia todo esto es la inteligencia pues
es la que conoce el fin y lo muestra a la voluntad quien decide si alcanzarlo o
no. En este sentido, podemos hacer una clasificación de los actos humanos. Si
proceden directamente de la voluntad se llaman elícitos. Por ejemplo: el
afecto. Si provienen de la voluntad indirectamente o de otra facultad que no
sea la voluntad, se llaman imperados. Por ejemplo, recordar.
Tanto los actos elícitos
como los imperados son actos humanos; pero los imperados actúan sobre otras
facultades.
a) El influjo del conocimiento del acto humano se llama advertencia.
b) El influjo de la voluntad del acto humano se llama el consentimiento.
c) Por medio de la advertencia nos damos cuenta qué es «matar» y cuál es su moralidad, esto es, si es bueno o malo
La moralidad de un acto
supone primero conocer ese mismo acto para poder saber si es bueno o malo.
El acto moral
Bondad o malicia de los
actos humanos
Para saber si un acto es
bueno o malo debemos atender al objeto, fin y circunstancias en que ocurrió. Se
trata de los tres elementos básicos para emitir un juicio moral.
a) El objeto. Lo que persigue la acción es «objetivo». Se trata de aquello a lo que la acción tiende de suyo. Considerándolo en su relación con la norma moral, es lo que la misma acción persigue. Por ejemplo, al robar, el objeto es apoderarse de lo ajeno; al matar, quitar la vida; al regalar, que otra persona tenga lo regalado.
b) El fin. Lo que persigue el sujeto es «subjetivo», es decir, es lo que el sujeto quiere lograr por medio de la acción que realiza. Por ejemplo, alguien roba un auto para hacer un viaje, alguien hace un regalo a un juez para obtener una sentencia favorable. El fin del sujeto puede hacer mala una acción buena, pero no puede hacer buena una acción mala.
c) La circunstancia. En el orden moral, las acciones humanas no agotan su bondad en el objeto moral. Las circunstancias que son «accidentes» modifican el objeto moral.
Los principales tipos de
circunstancias morales que afectan a los actos humanos son:
· Quien obra (quis), esto es, la persona que realiza la acción. No tiene la misma moralidad el juicio falso de un notario que el de una persona privada.
· La cualidad y cantidad del objeto producido (quid). No es lo mismo robarse un lápiz que robarse un auto. · Lugar de la acción (ubi). No califica del mismo modo una acción cometida en un lugar público que en un lugar secreto.
· Los medios empleados (quibus auxiliis). No es lo mismo un robo con o sin violencia.
· Modo moral en que se realiza la acción (quo modo). Es distinta la moralidad de las acciones según se cometen con deliberación plena o no (no es lo mismo insultar estando borracho que sobrio… aunquesesearesponsabledelaborrachera).
· Cualidad y cantidad del tiempo (quando). La duración de un secuestro o la diferencia entre un acto cometido en estado de guerra o de paz.
· Motivo por el que se realiza un acto (cur). Una persona puede ayudar al prójimo con el fin de practicar la caridad, pero también por un cierto deseo de que le agradezcan su servicio. O por vanidad.
Los tres elementos que
califican la moralidad de un acto humano (fin, objeto y circunstancia) actúan
en unidad según tres principios:
· El objeto moral da a la acción su moralidad intrínseca y esencial; es decir, lo malo es malo siempre y en todo lugar. No se puede hacer un mal para lograr un bien.
· La acción buena por su objeto necesita además una recta intención; es decir, si el acto es de suyo bueno pero se realiza con un fin malo, el acto resultará malo. Ejemplo: ayudar para después pervertir más fácilmente.
· Las circunstancias pueden aumentar o disminuir la bondad o malicia: pueden hacer malo un acto que era bueno, pero nunca harán bueno un acto que era de suyo malo.
En síntesis: para que la
acción sea buena han de serlo todos los elementos que la integran (objeto, fin
y circunstancias). Se dice, por lo mismo, que bonum ex integra causa; malum ex
quocumquedefectu: es decir, si alguno de los elementos se opone a la ley moral,
la acción es mala; si todos son buenos, y solo en este caso, la acción es
buena.
El acto moral es el mismo
acto humano considerado en cuanto es éticamente bueno o malo. Así el acto
humano moral es aquel donde la advertencia no consiste solo en darse cuenta de
lo que está haciendo, sino de la relación que tiene ese acto con la Ética.
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