Comunicación Efectiva: Trabajo en Equipo 3.3

Diagrama de proceso comunicativo


1.       La Fuente es cualquier individuo que desee transmitir un pensamiento o idea a otro u otros. Aplicado al contexto empresarial, puede tratarse del miembro de una empresa u organización, que necesite transmitir un mensaje, trátese de algún tipo de información, de alguna instrucción, de algún requerimiento, sean estos dirigidos hacia los clientes internos y/o externos.

2.       El código hace referencia a la forma en que se codificará dicho pensamiento, el cual conlleva la habilidad, la actitud, los conocimientos y el medio sociocultural. Aquí juegan un rol preponderante las habilidades de comunicación del individuo como por ejemplo hablar, escribir, escuchar y razonar. La especificidad del tema junto con las predisposiciones del individuo sobre éste puede afectar al mensaje con actividades, modulación de voz, ademanes, etc.

3.       El mensaje es la información que se entrega al receptor, sea de manera exitosa o no y será todo lo que reciba; por ello, se afirma que es el producto real de la fuente codificadora que se refiere al emisor.

4.       El canal es el medio a través del cual viaja el mensaje. El contexto de la información influirá en el entendimiento del mensaje junto con las condiciones que se requieren para lograr este objetivo. Si se ubica en un ambiente organizacional, por ejemplo, el canal más apropiado para la transmisión de información es el uso del memorando; en cambio, en el caso de las relaciones sociales o personales es común el uso de las redes sociales como canal informal.

5.       El receptor es el ente a quien se dirige en mensaje. La decodificación del mensaje requiere del uso de ciertas habilidades y destrezas por parte del receptor.

6.       La retroalimentación es la señal que dice si el mensaje logró su objetivo o no. Con la finalidad de medir la efectividad del mensaje en la comunicación es importante recibir una respuesta de este.

Agresión en la comunicación

La agresión es la causa de serios problemas al momento de querer transmitir un mensaje ya que el emisor siente miedo o temor al momento de expresarse, ya sea de forma verbal o escrita. Por ejemplo, la elección incorrecta de un método adecuado y eficaz para la comunicación entre jerarquías dentro de la organización puede limitar la comunicación. La comunicación puede recubrir hundimientos generados en las relaciones internas de las organizaciones y tratar de reorientar a la misma hacia el camino del éxito, sin embargo, no siempre logrará lo que usted pretende. Resultados decepcionantes son producto de una mala calidad en la comunicación en términos generales, lo cual explica el motivo de que algunos problemas se agraven a medida que más se discute acerca de ellos; sucede a menudo en las relaciones interpersonales, los malentendidos y resentimientos aumentan cuando las personas no se comunican de forma adecuada. Las personas deben recibir especial cuidado y capacitación en el ámbito para mitigar los errores al momento de comunicarse.

 

Estrategia y Comunicación

 

Comunicación, estrategia y táctica

Según Mario Benedetti sabía que táctica y estrategia no son la misma cosa, ya que la estrategia es el plan, la forma de ayudar al cumplimiento de un objetivo, mientras que la táctica es el medio, la herramienta o la operativa que respondiendo a la estrategia previa permite alcanzar esos objetivos. Las tácticas no son en definitiva más que herramientas mediante las cuáles se implementa una estrategia de Comunicación. No definen la estrategia. Son meros instrumentos al servicio de un concepto estratégico. Ambas son fundamentales, pero la estrategia antecede a la táctica. En comunicación la estrategia es decidir cuáles son las acciones idóneas para alcanzar ciertos objetivos, los públicos a los que será dirigidos las acciones, la táctica incluirá los mensajes más adecuados para esa audiencia y los instrumentos y herramientas más importantes para conseguir trasladar estos mensajes. Una estrategia debe ser capaz de determinar si es necesario ser proactivo o si es conveniente mantener una actitud reactiva, evitando que una reacción comunicativa desmesurada avive el fuego que se pretende aplacar.

Un problema, planteamiento general o una necesidad específica necesita de una única estrategia de comunicación, ya sea para el lanzamiento de una marca o producto, un proceso de restructuración o una situación de crisis. Una empresa química o industrial que afronta las críticas por un vertido, un banco que prepara un expediente de regulación de empleo o una compañía que necesita defender sus intereses frente a un intento regulatorio restrictivo requieren estrategias diversas, que respondan a esas necesidades y consigan canalizar eficazmente sus mensajes a sus públicos objetivo. No hay una estrategia única para cada problema. Hay diferentes opciones y corresponde a los profesionales de la Comunicación ponderar sus ventajas e inconvenientes, sopesar las dificultades y calibrar su adecuación específica.

Tras elegir una estrategia, se pasa a elegir la táctica más adecuadas para el cumplimiento con eficacia de los objetivos planteados.

EJEMPLO:

Una asociación profesional que desea hacer valer sus argumentos frente a la próxima aplicación de un impuesto o tasa que considera lesivo para su actividad. Puede optar por aventar la defensa de sus argumentos exclusivamente en los Medios de Comunicación con el fin de crear opinión, puede lanzar una campaña de información a la opinión pública, o dirigirse a los líderes o prescriptores de opinión, a los responsables de los partidos políticos o a los diputados o senadores que integran la comisión específica, o puede combinar todas o algunas de estas. Si opta por instrumentar una campaña dirigida a la opinión pública, podrá́ entonces realizar una campaña de publicidad masiva, difundir un manifiesto por internet mediante una campaña viral; o realizar un video comunicado que colgará en YouTube; si decide lanzar una campaña de relaciones institucionales, programará con toda probabilidad reuniones personalizadas, enviará cartas, llevará a cabo seminarios o recurrirá́ a cualquier otra táctica capaz de hacer llegar sus argumentos y mensajes a sus prescriptores.

En la actualidad se tiene una nueva herramienta, las redes sociales, el internet, han amplificado la confusión entre estrategia y táctica. Quizás debido a su todavía carácter novedoso, la introducción de las redes sociales en el ámbito comunicativo empresarial se ha producido con tanta fuerza, que son muchas las empresas que se vuelcan en Facebook, Twitter, por inercia, porque es preciso estar ahí́, porque el resto de los competidores también lo hace, en un movimiento de imitación carente en muchos casos de una reflexión previa sobre su sentido.

La táctica suplanta así́ a la estrategia y se convierte en justificación de la acción comunicativa. La consecuencia de esta perversión se revela en toda su dimensión cuando muchas empresas que se sumergen con entusiasmo de neófito en las redes sociales retroceden con espanto cuando sus cuentas en Facebook, Twitter, se llenan de comentarios negativos, críticas o denuncias, incapaces de afrontar la naturaleza dinámica e interactiva de estos nuevos soportes. Quizás porque no supeditaron su incursión en estas nuevas herramientas a ninguna estrategia.

Grite para que le escuchen

El primer objetivo en la comunicación empresarial es que el mensaje que quieres dar a conocer llegue al público objetivo y, por supuesto, que se entienda lo que quiere decir. Porque si no se escucha nuestra voz es imposible que la Comunicación sea eficaz. Asistimos a un momento de ruido, generado en gran parte por las noticias de la crisis, donde es muy difícil que se escuche el mensaje de la empresa y, sobre todo, que se escuchen los mensajes positivos. Todo lo que demuestra la existencia de la crisis parece tener acogida, pero las buenas noticias no están de moda.

Las empresas tienen la necesidad de seguir contando a sus públicos objetivo sus noticas, sus productos, sus decisiones, sean positivas o negativas, por eso, es esencial gestionar la Comunicación de manera que su mensaje se escuche y se entienda. Para ello, es necesario en primer lugar la creatividad. Ese valor, clave en la idea publicitaria, también es básico en la Comunicación en general. Tenemos que ser capaces de diferenciarnos frente a los competidores, frente a otros mensajes que se enfocan por captar la atención de los receptores y debemos alzar nuestra voz más que los demás. Creatividad en el contenido, pero también en la forma y en el uso de los soportes que las nuevas tecnologías ponen a nuestro alcance.

Otra cosa importante es que estamos en una situación difícil donde no sobra el dinero y donde los soportes de Comunicación que usemos deben tener la mejor relación calidad precio. Probablemente no es el momento de las grandes campañas de publicidad en TV y sí de los actos segmentados por públicos, del uso de internet como canal universal, de la publicidad en puntos de venta, de la fidelización del cliente. Nuestra voz tiene que ser austera a la vez que eficaz. Por último, tenemos que ser constantes. En Comunicación empresarial, repetir no es cansar, es garantizar que el mensaje llega más eficazmente. Y tenemos que insistir si queremos que nos presten atención.

 

 

 

 


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