Desarrollo Organizacional Lección 4.2
La profesión de consultoría en desarrollo organizacional: su
función en la empresa
1.
Introducción:
En el mundo empresarial la labor del consultor se enfoca en:
1. El consultor “salvavidas”, en
quien la organización funda todas sus esperanzas para lograr que la empresa
supere la crisis que enfrenta. En ese caso, los directores suelen expresarse
con frases como: “Estamos en tus manos”, “Tú puedes salvar a la empresa”,
“Estamos dispuestos a llevar a cabo todas las propuestas que nos sugieras”,
etcétera.
2. El consultor responsable
absoluto del programa de cambio; en el caso de que los directivos eviten
involucrarse en el proceso.
Se debe entender que tanto el
director como el resto de los integrantes de la empresa y el consultor son
corresponsables de que los procesos de cambio se lleven a cabo. Los consultores
en DO son facilitadores, colaboradores y coaprendices en el proceso de cambio
dentro de la empresa.
2.
Actividades desempeñadas
Ofrecer consultorías, externas o
internas a las empresas, a diversos clientes, como ejecutivos de primer nivel,
gerentes de recursos humanos, mercadotecnia, finanzas, etcétera.
Dar consultorías sobre temas afines
al DO, como sistema de recompensas, diseño organizacional, calidad total,
tecnologías de la información y, como anteriormente citamos, estrategia
corporativa
3.
¿Por qué acuden las empresas a un consultor de DO?
Por las razones que describimos a
continuación:
1. Para
realizar trabajos que los integrantes de la empresa no pueden hacer porque
efectivamente NO saben hacerlo.
2. Para
realizar trabajos que los integrantes de la empresa no pueden hacer porque no
cuentan con el tiempo disponible para atender ese proyecto.
3. Porque
esperan que usted pueda innovar aplicando metodologías de “última generación”.
4. Porque
esperan que usted sea un agente de cambio.
5. Para
conocer la opinión de alguien externo a la empresa.
6. Porque
esperan que un consultor posea los siguientes atributos:
• conocimiento
de la profesión de la consultoría.
• capacidad
para el establecimiento de metas definidas.
• capacidad
para la resolución de problemas.
• capacidad
para reconocer las fortalezas y áreas de mejora de la empresa, estableciendo
una autoevaluación periódica.
• flexibilidad.
• creatividad.
• honestidad.
• congruencia.
• confianza en
los dictámenes emitidos.
• control de
las emociones.
4.
Principios éticos La ética es una virtud clave del consultor.
A continuación, se enlistan
algunos de los principios éticos que todo consultor debe observar.
• El consultor
debe estar dispuesto a ser congruente con aquello que propone a la empresa. Se
dice que se “debe predicar con el ejemplo”. Otra cita ampliamente conocida
indica: “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”. ¿No es así?
• Jamás
asegure porcentajes de ventas, utilidades o disminución en los índices de
rotación de personal, ausentismo, calidad, etc. Esto suele ser riesgoso y puede
poner en duda la credibilidad del consultor. Por lo tanto, no ofrezca “fórmulas
mágicas” pues no se tiene la certeza de que se puedan cumplir los resultados
prometidos. Se dice que la confianza se gana durante toda la vida y se puede
perder en segundos.
• Sea
imparcial respecto al diagnóstico que emita. Regla de oro: deslinde la relación
personal de la profesional.
• Conozca,
viva y reflexione sobre la cultura organizacional de la empresa en la que
incursiona, para comprender de manera más concreta las situaciones que se presenten.
• Mantenga una
relación armónica de trabajo con su equipo, tanto con consultores que
participan en la empresa como con los ejecutivos y personal de la organización.
• El consultor
siempre debe estar dispuesto a ayudar a la empresa a que mejore sus habilidades
de resolución de problemas, jamás con el fin de garantizar un ingreso por un
tiempo mayor y generar una relación de dependencia.
• Es
pernicioso para el consultor evidenciar que él es el experto, que debe
involucrarse en los procesos de cambio cuando no debe hacerlo, que es
totalmente indispensable e insustituible.
• Presentar a
la empresa un curriculum vitae verídico y no “maquillado” con el fi n de que lo
puedan contratar.
• Mantener
confidencialidad de los datos recopilados y resultados obtenidos. No divulgar a
la empresa “B” la información de la empresa “A”.
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